Cuando uno no tiene nada que hacer... ¡vuelve al ruedo con las ITE!

Hoy uno de nuestros socios nos ha mostrado la imagen que acompañamos y, nuestra respuesta ha sido: "El papel higiénico tiene más valor".

Hace tiempo informábamos (pues una asociación nunca debe imponer, pues para esto están las dictaduras) de la norma referente a la ITE del Ayuntamiento de Málaga, e igualmente, comentábamos que nos parecía (y nos sigue pareciendo) una aberración que un edificio no pase una ITE hasta que no tenga 95 años.

El gobierno de la Junta de Andalucía, hace años llevó a cabo unas obras que mal denominó para justificar los fondos invertidos y malversados "REHABILITACIÓN INTEGRAL DEL BARRIO LAS FLORES", pero donde no se tocaron (ni consta que lo hayan realizado) la estructura, cimentación, fachadas, medianerías, cubiertas ni azoteas, red eléctrica de las comunidades, fontanería (bajantes ni acometidas de agua del año 1965 aprox.) de cada bloque, incluso el estado de acceso a estos.

Por cierto, ese gobierno era el de los prestidigitadores Griñan, Chaves y Cía., que hicieron desaparecer más de 750 millones de euros y, que recientemente han sido indultados sin devolverse a los andaluces esa cifra astronómica desaparecida en el mayor caso de corrupción.

Si nos llama la atención en ese escrito, lo que se dice: "Durante 2023 y 2024 ha tenido entrada en este servicio escrito de Alegaciones de la asociación de vecinos Huerta Morales de la barrida Las Flores de Malaga..."

En relación a lo anterior queremos entender que ese escrito de alegaciones ha sido remitido por la Junta Directiva de dicha Asociación o por representante debidamente autorizado por la misma, pues en el supuesto de que no haya sido así hubiese vulnerado el precepto legal tipificado en el art. 1.259 del Código Civil: "Nadie puede actuar en nombre de otro sin estar autorizado por éste o tener por ley su representación legal",  y por lo tanto, este escrito celebrado a nombre de otro por quien no tenga su autorización o representación legal SERÍA NULO.

En relación al párrafo anterior, procederemos acorde a Derecho, a solicitar a la Gerencia Municipal de Urbanismo, Obras e infraestructuras (Departamento de LIcencla y Protecclón Urbaniatica - Serviclo de Conservaclón y Arqueologla - Secclon Jurldico-AdmInlstratlva de Conservaclón o ITE-), la fecha del escrito de alegaciones, persona, cargo o copia de la representación legal de quien ha dirigido dicho escrito, así como dirección a la que se ha remitido.

En fin, en la decisión que tome cada comunidad en relación a las ITE, esta asociación vecinal nunca tomará partido, pues es algo que sólo les compete a ellos (es lo bueno de una democracia), y si están conformes con la copia de la ITE que cada comunidad tenga en su documentación y donde se exponga que el resultado de la estructura, cimentación, fachadas, medianerías, cubiertas y azoteas, red eléctrica de las comunidades, fontanería (bajantes ni acometidas de agua) sea favorable hasta el 2.058, respetaremos su decisión (como no puede ser de otra manera).

Hay que decir, alto y claro, que la mayoría de la gente que reside en el  barrio de Las Flores de Málaga es educada, empática y cívica. Sin embargo, aún quedan especímenes, de natural desconsiderados, más preparados para vivir en el monte que en la ciudad.

No sólo es habitual ver a señoras o señores (limpísimos ellos) que consideran normal sacudir sus mantas, alfombras, mopas o bayetas sobre las cabezas de los viandantes. También es frecuente ver a dueños de perras y perros, como dirían los políticos actuales, que ni siquiera se sonrojan cuando permiten a sus mascotas soltar lastre –sobre todo orinar– en cualquier lugar de tránsito de personas, en fachadas o en puertas de establecimientos públicos o de acceso a los inmuebles.

Y qué decir de los escupitajos estampados impunemente sobre la acera que uno intenta sortear apenas sin éxito. Y qué pensar de aquellos, que  tiran las basuras de su vivienda por la ventana.

Sí, amigos míos, estos actos incívicos todavía ocurren en nuestro barrio a pesar de estar prohibidos, generalmente, por las normativas municipales. Cuesta entender que haya gente incapaz de dejar atrás estas conductas atávicas e incívicas más propias de los siglos XVI al XIX –cuando era costumbre arrojar a la calle, por puertas y ventanas, las aguas inmundas y fecales, así como los desperdicios y basuras– que del siglo XXI donde se supone que deberíamos haber alcanzado un grado de civismo a la altura de los tiempos y las necesidades que exige la tendencia a amontonarnos.

La otra lógica es que esas personas, quieran convertir el barrio en un sembrado chabolista donde la única ley que impere sea la que imponga esa minoría incívica y donde se pueda albergar  todas sus fechorías.